Las juntas evitan que elementos como líquidos o gases pasen de una superficie a otra, pues están confinados y no pueden moverse. Suelen estar fabricadas de materiales comprimibles, como goma, plástico o metal, y se instalan entre las dos superficies que encajan. Las juntas son de diversas formas y tamaños, aunque suelen ser circulares con una sección transversal cuadrada o rectangular.